De la siembra a la cosecha: un proyecto que cultiva valores y saberes en la sede Las Lajas 🌱

Un trabajo en equipo que ha unido a estudiantes, docentes y familias en un proyecto que va más allá de lo agrícola 👩‍🏫👨‍👩‍👧

La comunidad educativa de la sede Las Lajas del CER Montecristo celebró con gran alegría un logro que va más allá de la cosecha de un cultivo: el fruto de un trabajo colectivo, de esfuerzo compartido entre estudiantes, docentes y padres de familia. Este 22 de agosto, la escuela vivió un momento especial al cosechar el primer racimo de plátano, un hito que simboliza la importancia del trabajo en equipo, la perseverancia y el cuidado. Una lección que, sin duda, va más allá del campo agrícola.

Hace nueve meses, en un pequeño lote de la escuela, comenzó un proyecto pedagógico productivo que hoy se celebra con emoción y orgullo. Con la modalidad de Escuela Nueva como base, los estudiantes iniciaron el proceso de siembra de plátano, guiados por sus docentes, con el apoyo fundamental de sus familias. Desde el primer día, la participación activa de los padres fue esencial, tanto en la preparación de la tierra como en el cuidado continuo de las plantas, creando una red de colaboración que fortaleció los lazos entre la escuela y la comunidad.


Lecciones aprendidas: paciencia, constancia y respeto

A lo largo de este tiempo, los estudiantes aprendieron de forma práctica sobre el ciclo agrícola, desde la siembra hasta la cosecha, y descubrieron la importancia de la paciencia, la constancia y el respeto por la naturaleza. Más allá de los conocimientos técnicos, este proyecto les permitió comprender el valor de cada etapa en el proceso de crecimiento, tanto de las plantas como de su propia formación académica. Así, el cultivo de plátanos se convirtió en una metáfora de la vida misma, donde cada acción y cuidado tiene un impacto directo en el futuro.


El Valor de Sembrar con Amor

La cosecha del primer racimo de plátano, el pasado 22 de agosto, fue una celebración compartida entre todos los miembros de la comunidad educativa. Padres, estudiantes, docentes y el director se unieron en un desayuno comunitario, disfrutando de un delicioso patacón con queso, preparado con los plátanos cosechados por los mismos estudiantes. Fue un momento de alegría y reflexión, en el que se valoró el esfuerzo colectivo que hizo posible este logro.

Este logro es más que un racimo de plátano: es el reflejo de lo que significa sembrar y cuidar con amor. Así como las plantas requieren dedicación y constancia, también la formación académica de nuestros estudiantes es un proceso que se cultiva día a día. Lo que hoy celebramos en el campo es también una metáfora de lo que cada estudiante está construyendo para su futuro: con paciencia, esfuerzo y apoyo, los frutos siempre llegarán.


En el CER Montecristo seguimos apostando por proyectos que vinculan la vida, el aprendizaje y la comunidad, convencidos de que cada semilla sembrada con amor deja huellas que trascienden.

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